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Tommie Smith y John Carlos se convirtieron en iconos de la lucha antirracista tras ganar la carrera de 200 metros lisos en las olimpiadas de México de 1968: al subir al podio, mientras sonaba el himno estadounidense, en calcetines y cabizbajos, levantaron el puño enfundado en un guante negro para protestar contra el racismo institucional. 

Este gesto supuso para ellos la expulsión de los juegos olímpicos, un aluvión de críticas y muchos obstáculos en su carrera deportiva.  "Somos negros y estamos orgullosos de ser negros. La América negra entenderá lo que hemos hecho esta noche", dijo Tommie Smith en la rueda de prensa posterior. 

 

Tommie Smith y John Carlos formaban parte del OPHR (Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos) dirigido por el profesor universitario Harry Edwards. Entre las razones por las que el OPHR quería boicotear los juegos estaban la participación de la Sudáfrica del apartheid y la desposesión del título de campeón de pesos pesados a Mohamed Ali (por negarse a ir a la guerra de Vietnam).

 

Medio siglo después, Harry Edwards ha sido profesor del futbolista americano Colin Kaepernick.  Kaepernick se ha convertido en símbolo del movimiento Black Lives Matter desde que comenzó a protestar arrodillándose para denunciar la violencial policial contra las personas negras. El gesto de Kaepernick (que le ha costado varias temporadas sin jugar) ha sido replicado por la campeona del mundo de fútbol Megan Rapinoe y por muchos jugadores de la NBA, especialmente tras el asesinato de George Floyd. En España, el futbolista afrodescendiente del Real Madrid, Marcelo, celebró en junio de 2020 un gol arrodillándose y levantando el puño.

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